CIUDAD DE MÉXICO.- ¡Malas noticias!… Se espera, de nuevo, calor infernal en México, especialmente en el norte, lo que incluye a los dos Laredos y la región.
La situación se torna muy mala especialmente porque se espera también que las lluvias sean escasas y eso afectará las reservas de agua para zonas como los dos Laredos.
Ayer, la Comisión Internacional de Límites y Aguas advirtió que la Presa La Amistad se ubicaba a un nivel de apenas 21 por ciento de su capacidad.
El nivel de la presa no representa un riesgo para el consumo doméstico, pero las poblaciones que dependen de La Amistad sí deben aplicar medidas de conservación del agua como no usar la manguera para limpiar las banquetas, galerías o lavar autos.
También se recomienda reducir el tiempo para bañarse en la regadera y usar la lavadora a su máxima capacidad.
El Servicio Meteorológico Nacional considera que la primera ola de calor llegará temprano, en plena primavera, entre finales de marzo y principios de abril. Se esperan temperaturas por encima de los 40 grados centígrados en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Sonora, Chihuahua, Sinaloa, San Luis Potosí e, incluso, más al sur como Nayarit .
Las otras cuatro olas de calor se esperan entre abril y junio, con mayor intensidad en el noroeste, noreste y norte de México. Se pronostican temperaturas máximas que podrían superar los 45 grados Celsius en algunos puntos.
Las olas de calor son eventos climatológicos con al menos cinco días con temperaturas más altas de lo normal y casi siempre están asociadas con sistemas de alta presión, que generan condiciones de cielo despejado y vientos débiles, lo que favorece la ausencia de lluvias.
Otros eventos meteorológicos como las ondulaciones en las corrientes en chorro, que son bandas de fuertes vientos en la atmósfera superior, pueden desplaza masas de aire caliente hacia regiones específicas, originando olas de calor.
El calentamiento global intensifica la frecuencia e intensidad de las olas de calor y aumenta la probabilidad de que se presenten fenómenos como sequías y olas de calor. Mientras que la deforestación y la urbanización pueden contribuir a la formación de «islas de calor», que son zonas con temperaturas más elevadas que las áreas circundantes.