CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Quién se imaginaría en los años 40, 50 o 60 que esa moneda de 20 centavos con la que acudía a la tienda de la esquina sería tan valiosa como ¡80 mil pesos!
Cierto, el mundo de los coleccionistas abarca una amplia gama de objetos, desde elementos grandes y llamativos hasta detalles que se encuentran en cosas comunes y corrientes, como el dinero. En este contexto, muchas personas se han dedicado a coleccionar monedas antiguas, las cuales poseen características específicas que aumentan su valor significativamente.
Una de estas monedas es la moneda mexicana de 20 centavos, que estuvo en circulación desde 1943 hasta los años setenta. En su diseño se puede apreciar la representación del volcán Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y la Pirámide del Sol de Teotihuacán en una de sus caras. Debido a sus características únicas y rarezas, los coleccionistas han mostrado un gran interés por esta moneda, lo que ha provocado una variación considerable en su valor.
El precio de esta moneda puede oscilar ampliamente según la calidad de la pieza y el año de acuñación. En promedio, su valor puede ir desde los 40 pesos hasta los 80 mil pesos. Sin embargo, entre todas las variantes, la moneda más valiosa es aquella que presenta uno o varios errores durante su proceso de acuñación, llegando a ofrecer hasta 450 mil pesos por esta pieza en particular.
¿Pero qué hace que esta moneda de 20 centavos sea tan cara y buscada por los coleccionistas? Según información proporcionada por el Banco de México (Banxico), fue mediante un decreto presidencial que se estableció la circulación de esta moneda el 3 de agosto de 1943.
Su composición consta de un 95% de cobre, un 4% de zinc y un 1% de estaño. En el reverso de la moneda se encuentra la inscripción «Estados Unidos Mexicanos» junto al Escudo Nacional, el cual muestra el águila en perfil y una guirnalda de laurel y roble.
Un dato interesante sobre esta moneda, que la convierte en una de las más valiosas, es un error en su acuñación que ocurrió en 1973. Sin embargo, no fue hasta 1999 cuando el coleccionista José Luis Icaza Campa descubrió esta variante de monedas, lo que aumentó su atractivo entre los buscadores de piezas únicas.
Se cotiza en una gran suma de dinero ya que cuenta con múltiples errores de acuñación, tanto en el anverso como en el reverso de la pieza, en la imagen proporcionada en la descripción se puede apreciar una peculiar imperfección en la parte central de la moneda.
Las personas interesadas en adquirir o vender un ejemplar se les recomienda acudir con coleccionistas que tengan conocimiento en el tema, como los numismáticos, ya que les pueden brindar más información sobre las características y el valor que tienen las piezas. El consultar a expertos puede evitar fraudes, pues también existen personas que venden replicas o monedas falsas, haciéndolas pasar por auténticas.
Desde entonces, la demanda por esta moneda con error se ha disparado y su valor ha alcanzado cifras extraordinarias en el mercado de los coleccionistas. Es importante destacar que el valor de estas monedas se basa en su rareza y en la demanda que existe por parte de los coleccionistas. Además, el estado de conservación y la autenticidad también son factores determinantes para determinar su precio en el mercado.