NUEVA YORK.- Sinónimo de bateador oportuno. Un fornido toletero dominicano dueño de una personalidad magnética. Leyenda en Boston.
Todo eso fue David Ortiz en las Grandes Ligas. Y ahora es miembro del Salón de la Fama.
Ortiz fue elegido al Salón de la Fama en su primera aparición en la papeleta. En tanto, Barry Bonds y Roger Clemens perdieron su última oportunidad de ser votados como miembros del recinto.
Elegido 10 veces al Juego de Estrellas durante su carrera fulgurante de 20 campañas, la mayoría con los Medias Rojas de Boston, Ortiz fue mencionado en el 77,9% de las papeletas, de acuerdo con los resultados revelados el martes por la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA por sus siglas en inglés).
Con ello, superó el mínimo requerido del 75% de apoyo para su entronización. Es el cuarto pelotero que se desempeñó principalmente como bateador designado y que ingresará en el recinto.
Todavía no me lo creo. Tienen que darme un par de días para analizarlo”, dijo Ortiz antes de tirar una comparación con una serie de dibujos animados sobre superhéroes. “Es un grupo muy élite. Yo los veía como si fueran el Salón de la Justicia con todos los Súper Amigos. Pertenecer a ese grupo es muy impresionante”.
“Big Papi” se une a Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero padre para dejar en cuatro la cifra de peloteros dominicanos en Cooperstown.
Aquí respiramos beisbol”, dijo
Desde su natal Santo Domingo, Ortiz compareció ante la prensa con una camisa de estampado floral y colores brillantes. Iba acompañado por Martínez.
¿Ese que ven detrás mío?”, indicó Ortiz, señalando hacia el ex as de Boston. “Este hombre fue un padre para mí”.
Con su amplia sonrisa y carisma, Ortiz fue uno de los referentes del béisbol durante las décadas de 2000 y 2010, ganándose el cariño de fanáticos propios y extraños. En contraste, su corpulenta presencia física intimidaba a los lanzadores.
Además, el pelotero tuvo un don innato para hacerse sentir en los últimos innings.
Totalizó 23 hits que sentenciaron juegos, incluyendo tres durante la postemporada de 2004 en la que Boston exorcizó una maldición de 86 años sin conquistar la Serie Mundial Ortiz bateó para .286 y conectó 541 jonrones con Boston y Minnesota.
El 88% de sus apariciones al plato fueron como bateador designado, la mayor cantidad de alguien en el Salón de la Fama. Deja atrás al puertorriqueño Edgar Martínez, quien fue un designado en el 71.7% de sus apariciones. Frank Thomas y Harold Baines son los otros exaltados que se desempeñaron como designados la mayor parte.