WASHINGTON.- El hielo en el océano Ártico se derritió este verano boreal hasta su segundo nivel más bajo en la historia, como consecuencia del calentamiento global y de fuerzas naturales, informaron el lunes científicos estadounidenses.
La extensión de océano cubierta de hielo en el Polo Norte, y que se extiende hacia el sur hasta Alaska, Canadá, Groenlandia y Rusia, alcanzó su mínimo estival de 3,7 millones de kilómetros cuadrados (1,4 millones de millas cuadradas) la semana pasada antes de empezar a crecer de nuevo. El hielo marino del Ártico alcanza su punto más bajo en septiembre y su superficie más grande en marzo, después del invierno.
El derretimiento de este año sólo es superado por el de 2012, cuando el hielo se redujo a 3,4 millones de kilómetros cuadrados (1,3 millones de millas cuadradas), según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo, que ha estado manteniendo registros satelitales desde 1979.
En la década de 1980, la cubierta de hielo era cerca de 2,7 millones de kilómetros cuadrados (1 millón de millas cuadradas) más grande que los niveles actuales de verano.
El director del centro de datos Mark Serreze dijo que una ola de calor siberiana la primavera pasada y un fenómeno climático natural del Ártico eran factores a considerar, así como el calentamiento por la quema de carbón, petróleo y gas natural. Las temperaturas durante la mayor parte del año fueron de 8 a 10 grados Celsius (14 a 18° Fahrenheit) por encima de lo normal en el Ártico siberiano.
Definitivamente estamos viendo el cambio climático en acción porque los veranos cálidos se vuelven más cálidos y los inviernos fríos no son tan fríos como antes”, señaló.
Los estudios muestran que el calentamiento del Ártico y el derretimiento del hielo marino cambian el clima más al sur, alterando la corriente de chorro polar y otras olas que mueven los sistemas meteorológicos. Se ha relacionado con el aumento de las tormentas invernales en el este de Estados Unidos, dijo la climatóloga Jennifer Francis, del Centro de Investigación Climática Woodwell, en Woods Hole, Massachusetts.
Lo que sucede en el Ártico, como decimos, no se queda en el Ártico”, escribió el climatólogo de la Universidad Estatal de Pensilvania Michael Mann en un correo electrónico. “Vemos el impacto del calentamiento del Ártico en forma de olas de calor sin precedentes, inundaciones, sequías, incendios forestales con los que ahora estamos luchando aquí en Estados Unidos y en el resto del mundo.”