CIUDAD DE MÉXICO.- Parte de la zona arqueológica de Teotihuacán, unas ruinas prehispánicas mexicanas declaradas Patrimonio de la Humanidad y situadas al norte de la capital, está en peligro por un proyecto de construcción privado en sus alrededores, denunció el gobierno el martes.
La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) condenamos enérgicamente las obras no autorizadas que implican la destrucción de Monumentos Arqueológicos” de la zona protegida, indicó la agencia en un comunicado en el que estima que las obras con maquinaria pesada ponen en riesgo a 25 estructuras arqueológicas y grutas con vestigios prehispánicos.
Aparentemente, los propietarios de las parcelas agrícolas que rodean a las ruinas tratan de convertir la tierra en una especie de parque de diversiones.
Las autoridades habían ordenado la suspensión de obras y colocaron sellos que fueron violados en dos ocasiones, por lo que el gobierno interpuso una denuncia penal en contra de los responsables.
La Secretaría de Cultura y el INAH reconocen y valoran las voces indignadas de organismos nacionales e internacionales, instituciones diversas y grupos de la sociedad civil, que se han levantado para denunciar estas conductas contrarias a la legislación de nuestro país y lesivas a nuestro patrimonio y valores culturales”, agrega el comunicado.
Las obras plantean interrogantes sobre la capacidad de México para proteger sus zonas arqueológicas. Las ruinas de Teotihuacán son las más visitadas del país con más de 2.6 millones de personas al año. Si México no puede proteger una zona tan reconocida y cercana a la capital surgen dudas sobre lo que podría suceder con sitios más pequeños, remotos y a menudo inexplorados o con menos recursos.
Teotihuacán es mejor conocida por sus templos gemelos del Sol y la Luna, pero en realidad era una gran ciudad que albergaba a más de 100 mil habitantes y cubría alrededor de 20 kilómetros cuadrados (8 millas cuadradas).
La aún misteriosa ciudad fue una de las más grandes del mundo entre el año 100 a. C. y 750 d. C. Sin embargo, la ciudad fue abandonada antes del ascenso de los aztecas en el siglo XIV. Incluso su verdadero nombre sigue sin estar claro, ya que los aztecas le otorgaron su denominación actual.
De hecho, es posible que el nombre fuera “Teohuacán” — literalmente “ciudad del sol” — en lugar de Teotihuacán, que significa “ciudad de los dioses” o “lugar donde los hombres se convierten en dioses”.
Antes de la llegada de la pandemia del coronavirus, las pirámides del Sol o la Luna solían atraer a decenas de miles de visitantes para los equinoccios de primavera y otoño cada año.