LAKE CHARLES, Luisiana.- Uno de los huracanes más poderosos que haya azotado Estados Unidos vapuleó el jueves la costa del Golfo de México con fuertes vientos y aguaceros, mientras tocaba tierra en Luisiana cerca de la frontera con Texas, desatando una imponente marejada y matando a por lo menos cuatro personas.
Luisiana recibió la mayor parte del impacto cuando Laura llegó a Lake Charles, una ciudad industrial de 80 mil personas. Las poderosas ráfagas del huracán de categoría 4 destrozaron ventanas en edificios altos y arrojaron vidrios y escombros. La policía detecto un casino flotante que se desatracó y chocó con un puente.
Video tomado por un dron mostraba el agua rodeando edificios a los que le faltaba parte de los techos.
Cuatro personas murieron en Luisiana a causa de la tormenta, todas ellas por caídas de árboles sobre sus casas, dijo el gobernador John Bel Edwards. Entre los muertos se cuentan una niña de 14 años y un hombre de 68.
La velocidad de los vientos máximos del huracán, de 240 kilómetros por hora (150 mph), lo colocan entre los sistemas más poderosos que se hayan registrado en Estados Unidos. Pasaron 11 horas después que Laura tocó tierra para que se debilitase a tormenta tropical en camino a Arkansas.
Parece como si mil tornados hubiesen pasado por aquí. Hay destrucción por todas partes”, dijo Brett Geymann, que se pasó la tormenta con su familia en Moss Bluff, cerca de Lake Charles. Dijo que Laura pasó sobre su casa con el rugido de un avión de propulsión a chorro a las 2:00 de la mañana.
Hay casas totalmente destruidas. Estaban ahí ayer, pero ahora desaparecieron”.
Los reportes iniciales ofrecían esperanzas de que la destrucción pudiera haber sido menor que lo que se temía inicialmente, pero la evaluación plena de los daños pudiera tomar días. El viento y la lluvia eran demasiado intensos como para que las autoridades buscasen sobrevivientes en algunas de las áreas más afectadas.
Centenares de miles de personas recibieron ordenes de evacuar antes del huracán, pero no todas se fueron del área, que fue devastada por el huracán Rita en el 2005.
Hay gente aún en la ciudad y está llamando, pero no hay forma de alcanzarles”, dijo Tony Guillory, presidente del órgano de gobierno del distrito de Calcasieu, en conversación telefónica desde el edificio del gobierno de Lake Charles, que era sacudido por la tormenta. Guillory dijo que esperaba que las personas varadas pudiesen ser rescatadas más tarde en el día, pero temía que caminos bloqueados, postes del tendido eléctrico derribados e inundaciones pudieran interponerse.