BEIRUT, LÍBANO.- Las autoridades de Líbano detuvieron a 16 personas como parte de la investigación por la explosión ocurrida en el puerto de Beirut el martes, de acuerdo con la agencia nacional de noticias.
Un juez militar que lidera la investigación sobre la explosión dijo que 18 habían sido interrogados, incluidos funcionarios portuarios y de aduanas.
Pero mientras los investigadores se concentran en los funcionarios portuarios, muchos libaneses culpan directamente a la élite política, la corrupción y la mala gestión que incluso antes del desastre habían llevado al país al borde del colapso económico.
El gabinete fue advertido previamente por una agencia de seguridad de que un arsenal de productos químicos explosivos almacenados en el puerto era peligroso, dijo el jefe de aduanas de Líbano a Associated Press, un informe que podría plantear cuestiones de negligencia de alto nivel.
La reserva de 2 mil 750 toneladas de nitrato de amonio desencadenó la detonación masiva, aparentemente cuando se produjo un incendio en el puerto.
El producto químico se había quedado en un almacén desde que fue confiscado de un buque de carga en 2013.
La explosión, lo suficientemente poderosa como para escucharse en Chipre a través del Mediterráneo Oriental, mató a más de 150 personas, hirió a miles y destruyó edificios a kilómetros de distancia.
Dos días después, unas 300 mil personas, más del 12 por ciento de la población de Beirut, no pueden regresar a sus hogares, estiman las autoridades.
Los hospitales dañados aún están luchando para lidiar con los heridos. Todavía faltan docenas. Los funcionarios han estimado pérdidas entre 10 mil millones y 15 mil millones de dólares.
Además, el desastre se produjo en un momento en que los ahorros de las personas se terminan y el desempleo y la pobreza han aumentado en la crisis financiera. Pocos tienen capacidad para reconstruir hogares y negocios, mientras el Gobierno está buscando dólares.