WASHINGTON DC.- Funcionarios policiales de Estados Unidos identificaron al sospechoso de atacar a un par de agentes en el Capitolio como Noah Green, de 25 años.
Con el fin de dilucidar el móvil del ataque, los investigadores indagaban sus antecedentes y si tenía problemas de salud mental. También trataban de obtener órdenes judiciales para tener acceso a sus cuentas en internet.
De acuerdo con The New York Times, el sospechoso se describía en Facebook como un seguidor de Louis Farrakhan, líder de la Nación del Islam, y quien promueve constantemente el antisemitismo.
La Nación del Islam es una organización político-religiosa fundada en 1930 en EU.
Originario de Indiana, Green falleció luego de ser herido de bala por la Policía del Capitolio que respondió al ataque.
En Facebook, el sujeto compartía discursos y artículos escritos por Farrakhan y Elijah Muhammad -quien lideró la Nación del Islam de 1934 a 1975- en los que se discutía el declive de Estados Unidos.
Dos elementos de las fuerzas del orden confirmaron que la página de Facebook, dada de baja hoy, pertenecía a Green.
El sospechoso también compartía en la red social sobre sus batallas personales, especialmente durante la pandemia del coronavirus.
Para ser honesto, estos últimos años han sido duros, y estos últimos meses han sido aún más», escribió.
«Se me ha puesto a prueba con algunos de los mayores e inimaginables retos en mi vida. Actualmente estoy desempleado, luego de dejar mi trabajo en parte debido a aflicciones».
Green atacó esta mañana a dos policías que resguardaban el recinto legislativo de EU, causando la muerte de uno de ellos. El agresor embistió su auto contra una barricada de seguridad y luego descendió del vehículo con un cuchillo para apuñalarlos.
Dos funcionarios del orden público dijeron a The Associated Press que en un principio los investigadores creían que el sospechoso apuñaló a uno de los agentes policiales, pero posteriormente no estaba claro si el cuchillo realmente lo tocó, en parte porque el vehículo golpeó a los policías con mucha fuerza.
El hecho removió el aún fresco recuerdo de la mortal irrupción de una multitud de manifestantes proTrump en el Capitolio el 6 de enero, en la que fallecieron cinco personas, incluido un policía del recinto.
Las autoridades dijeron que no había una amenaza en curso y que el ataque no parecía estar relacionado al terrorismo, aunque el complejo del Capitolio fue cerrado como precaución. De momento no había una conexión inmediata entre el incidente del viernes y los disturbios del 6 de enero.
Tras el asalto de enero, las autoridades erigieron una barrera y cerraron un amplio perímetro en torno al Capitolio, pero en los últimos días comenzaron a reducir la zona vallada y a abrir el tránsito.
El ataque dejó ver aún más claramente que el edificio del Congreso y los jardines adyacentes, al igual que los agentes policiales a cargo de protegerlos, siguen siendo blancos potenciales para actos de violencia.
El hecho ocurrió en un retén de seguridad cerca del Capitolio que suele ser utilizado por senadores y personal entre semana, aunque la mayoría estaban fuera del edificio debido al feriado de Semana Santa.
El ataque se llevó a cabo a unos 90 metros de la entrada al Capitolio del lado del Senado.
Un testigo, el reverendo Patrick Mahoney, dijo que estaba concluyendo una ceremonia por el Viernes Santo cerca de allí cuando escuchó tres disparos.
El Presidente Joe Biden manifestó en un comunicado que él y su esposa, Dr. Jill Biden, están desconsolados por el ataque y expresaron sus condolencias a la familia del policía fallecido. Ordenó que las banderas de la Casa Blanca ondearan a media asta.
Jill y yo tenemos el corazón roto tras enterarnos del violento ataque contra un control de seguridad del Capitolio de Estados Unidos», dijo el Mandatario. El otro uniformado herido se encuentra estable y fuera de peligro.