CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando se habla de México muchos piensan en tacos, pero el país también es reconocido por su gran pasión por el pan. Cada 6 de enero los mexicanos rinden honor a esa predilección con la Rosca de Reyes, un brioche ovalado adornado con tiras de fruta confitada que data de hace varios siglos.
En medio de un embriagador olor a pan recién horneado, cientos de compradores se agolparon en una de las panaderías más antiguas de la capital mexicana -que se fundó en 1927 dentro de las ruinas del convento de San Francisco el Grande- para adquirir la Rosca de Reyes que se come en el festejo de la tradición católica del Día de Reyes que conmemora la adoración del Niño Jesús por parte de los Reyes Magos y se reparten regalos a los niños.
Entre los cientos de clientes estaba Dalia Hernández, un ama de casa de 34 años, quien afirmó que estaba muy emocionada de retornar a la Pastelería Ideal luego de más de un año de no poder visitarla debido a la cuarentena que impusieron las autoridades por el coronavirus.
Aunque en las últimas semanas han comenzado a aumentar los casos de Covid-19, que ya alcanzan los cuatro millones de contagios, las autoridades mexicanas mantienen la política de flexibilización en cuanto a las concentraciones en los comercios y espacios públicos. Como parte de las medidas preventivas la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, suspendió por segundo año consecutivo la tradición de la gigantesca Rosca de Reyes en el Zócalo de la capital.
“Extrañaba mucho venir a la panadería. El año pasado sólo vino mi esposo, pero esta vez vinimos todos porque es parte de una tradición familiar”, dijo Hernández al reconocer que la Rosca de Reyes ha logrado preservarse por años en México porque “forma parte de nuestra cultura, de nuestra identidad como mexicanos”.
La Rosca de Reyes tuvo sus orígenes en Francia y España en el siglo XIV y llegó a México durante la conquista hasta convertirse en uno de los platos más tradicionales y que según especialistas ha logrado sobrevivir gracias a la gran afición que hay en la nación latinoamericana por el pan, donde hay una ingesta per cápita de unos de 33 kilos al año.
Aunque es un alimento de temporada que sólo se consume los primeros días de enero entre los mexicanos, de todos los estratos sociales, hay una gran afición por la Rosca de Reyes que se evidencia en la fuerte demanda en las panaderías, afirmó el chef Oswaldo Tapia, de la empresa local NTD Ingredientes.
La Rosca de Reyes es un alimento de tradición que creo que difícilmente pueda desaparecer porque el mexicano es muy panadero”, dijo Tapia, quien tiene casi tres décadas dedicadas a la pastelería. El chef indicó que los mexicanos le han dado su toque distintivo a la rosca al hacerla en forma ovalada y rellenarla con crema o nata.
Tradicionalmente se utilizaba el dulce cristalino del acitrón para decorar las rocas, pero luego de que las autoridades mexicanas prohibieran en 2005 la explotación de las plantas biznagas, pertenecientes a la familia de las cactáceas, para preservar su conservación se cambió el ornamento por el membrillo, la papaya verde o la jícama cocida.
Como parte de la tradición dentro de la Rosca de Reyes se coloca un pequeño niño de plástico que representa a Jesús recién nacido. Quien encuentra al niño se convierte en su padrino o madrina y debe invitar a todos los comensales a unos tamales -una masa de harina de maíz rellena de carne, pollo, chile envuelta en hojas de mazorca de maíz o plátano y cocida al vapor o al horno- el 2 de febrero, cuando se celebra el Día de la Candelaria o Fiesta de la Presentación del Señor.
Envuelta en el murmullo de los cientos de compradores a Ana Morales, una empresaria de 54 años, le vienen a la mente los recuerdos de su infancia que pasó correteando por el patio de la antigua casa de arcos de piedra que su familia le vendió al empresario español Adolfo Fernández para instalar la Pastelería Ideal.
Este lugar es fascinante, hermoso. Venir hoy por la rosca es de verdad vivir un Día de Reyes hermoso”, dijo Morales con los ojos llenos de lágrimas mientras relataba cómo cada mañana despertaba con el aroma del pan recién horneado y el sonido de los panaderos amasando.
La verdad es quien no coma Rosca de Reyes… no conoce México. Este es el sabor de México. Es una tradición y un privilegio poder degustar todavía del pan”, concluyó.