WASHINGTON.- Los demócratas sufrieron un nuevo golpe en sus intentos por permitir que millones de migrantes permanezcan temporalmente en Estados Unidos, algo que ha sido una prioridad desde hace tiempo para el partido, activistas migratorios y sectores progresistas.
La secretaria de procesos parlamentarios del Senado, Elizabeth MacDonough, emitió el jueves una opinión que significa prácticamente que los demócratas deberán retirar su plan migratorio de una enorme iniciativa social y ambiental, de alrededor de dos billones de dólares a 10 años. La iniciativa incluye también medidas sobre atención médica, servicios familiares y cambio climático, que son las mayores prioridades del presidente Joe Biden.
Cuando el Senado analice el proyecto de ley general —actualmente estancado—, se tiene previsto que los demócratas intenten resucitar las disposiciones sobre inmigración o hasta incorporar tal vez una formulación más contundente que ofrezca a los inmigrantes la posibilidad de convertirse en residentes permanentes o en ciudadanos, pero esos esfuerzos enfrentarían una firme oposición de los republicanos y posiblemente de un pequeño número de demócratas, que bastarían para la derrota en la cámara, donde ambas fuerzas se reparten las bancas 50-50.
La opinión de MacDonough, la llamada parlamentaria del Senado —una árbitro apartidista de las normas— no causó sorpresa: fue la tercera vez desde septiembre que ha dicho que los demócratas podrían violar las normas del Senado al usar el proyecto de ley para ayudar a los inmigrantes y que deberían retirar las disposiciones sobre la inmigración de la propuesta.
El hallazgo de MacDonough supuso la segunda derrota del jueves para el paquete social y económico de los demócratas. Biden también se vio obligado a admitir que el trabajo del Senado sobre el gigantesco proyecto general se demoraría al menos hasta enero, después de estancarse las negociaciones con el senador demócrata Joe Manchin, quien no está de acuerdo y desea una mayor reducción y reconfiguración de la propuesta de ley.
Avanzaremos en este trabajo juntos durante los próximos días y semanas”, dijo el presidente en un comunicado.
La propuesta más reciente de los demócratas buscaba permitir que alrededor de 6,5 millones de inmigrantes que viven sin permiso en Estados Unidos desde al menos 2010 soliciten un máximo de dos permisos de trabajo por cinco años. Con los permisos podrían tener empleos, evitar ser deportados y en algunos casos viajar al extranjero sin poner en riesgo su residencia en territorio estadounidense. Los solicitantes tendrían que aprobar verificaciones de antecedentes y otros requisitos.