NICOSIA, Chipre.- El papa Francisco denunció el viernes la “indiferencia” que el occidente muestra hacia los migrantes en un momento en que el Vaticano confirmó que al menos doce solicitantes de asilo serán transferidos de Chipre a Italia en una muestra de solidaridad hacia los países que han lidiado con la mayor cantidad de recepción de posibles refugiados.
El Vaticano dijo que la comunidad Sant’Egidio con sede en Roma, en coordinación con gobiernos, ha trabajado para trasladar a los posibles refugiados del país isla en el Mediterráneo a Italia en las próximas semanas, aunque dijo que sólo 12 serían transferidos. Antes del anuncio, el ministro del Interior chipriota agradeció a Francisco y la Santa Sede por su iniciativa de reubicar a 50 personas y dijo que era un reconocimiento a la incapacidad de Chipre de seguir lidiando con el flujo de migrantes.
De momento el Vaticano no respondió cuando le preguntaron por la discrepancia, aunque presuntamente se podrían transferir a más personas ya que durante años Sant’Egidio ha dirigido servicios de reubicación y “corredor humanitario” para que los migrantes lleguen legalmente a Italia.
El ministro del Interior de Chipre, Nicos Nouris, insistió a The Associated Press que se habían hecho arreglos para transferir a un total de 50 migrantes.
El mismo Francisco no confirmó la iniciativa durante un oficio de oración el viernes con migrantes en su segundo día en Chipre. Pero aclaró que los países tenían una obligación moral de aceptar a quienes huyen de la guerra, el odio y la opresión, con frecuencia para ser rechazados, regresados o enfrentarse con alambres de púas.
Quien llega pidiendo libertad, pan, ayuda, fraternidad y alegría, quien huye del odio, se encuentra frente a un odio que se llama alambre de púas”, dijo Francisco a los migrantes, quienes ocupaban la mayoría de las bancas en la iglesia en Nicosia. “Que el Señor despierte la conciencia de todos nosotros ante estas cosas. No podemos permanecer callados y apartar la vista de esta cultura de indiferencia”.
Francisco hizo referencia a los problemas por los que pasa Chipre cuando dijo que reconoció que los gobiernos no pueden recibir a todos y que “tenemos que comprender los límites”.
Pero también expresó aversión hacia la forma en que “las civilizaciones desarrolladas del occidente” se niegan a recibir a migrantes o los regresan a países en donde serán “confinados, torturados y esclavizados”.
Fue una referencia a la crisis migratoria en la frontera de la Unión Europea en Polonia con Bielorrusia, así como a las condiciones de las instalaciones libias para refugiados que son regresados. Francisco los llamó “lager”, similares a los campos de concentración nazis.
En este año, la llegada de migrantes a Chipre ha aumentado 38% en los primeros 10 meses comparado con todo el año pasado. El país pidió oficialmente a la Comisión Europea que le permita dejar de procesar todas las solicitudes de asilo. Actualmente procesa más solicitudes per cápita que cualquier otro país de la Unión Europea.