WASHINGTON.- El presidente Joe Biden, de 78 años, y el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, de 79, recibieron el lunes sus dosis de la vacuna contra el Covid-19 e instaron a los estadounidenses de cualquier preferencia política a inocularse o administrarse refuerzos cuando les corresponda.
Las dosis, aplicadas con horas de diferencia a ambos extremos de la Avenida Pensilvania, se administraron en el primer día laboral después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus iniciales en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) recomendaron una tercera dosis de la vacuna de Pfizer para todos los estadounidenses mayores de 65 años, y la aprobaron para personas con problemas de salud preexistentes o trabajadores en ambientes de alto riesgo.
Ambos funcionarios señalaron que, a pesar de que el refuerzo brinda una protección más prolongada contra el virus, no es una varita mágica para poner fin a la pandemia.
Los refuerzos son importantes, pero lo más importante que necesitamos hacer es vacunar a más personas”, dijo Biden.
Casi el 25% de los estadounidenses mayores de 12 años en condición de hacerlo no han recibido una sola dosis de la vacuna. Son el sector más castigado en el prolongado repunte de infecciones y decesos propiciado por la variante delta, altamente contagiosa, de un virus que ha dejado 688 mil muertos en Estados Unidos desde que comenzó la pandemia.
Tal como lo he estado diciendo durante meses, estas vacunas seguras y efectivas son la manera de defendernos a nosotros mismos y a nuestras familias de este terrible virus”, dijo McConnell, sobreviviente de polio.
Biden recibió su primera dosis el 21 de diciembre y la segunda dosis tres semanas después, el 11 de enero, junto con su esposa, Jill Biden. La primera dama, de 70 años, recibió su dosis de refuerzo de Pfizer en la Casa Blanca el lunes en la tarde, informó su portavoz, Michael LaRosa.
Sé que no me veo de esa edad, pero tengo más de 65 años, muchos más”, bromeó el mandatario. “Y es por eso que hoy me administrarán mi dosis de refuerzo”.
Biden ha promovido las dosis de refuerzo desde el verano, cuando Estados Unidos registró un marcado repunte de infecciones de coronavirus impulsado por la variante delta.
Si bien la mayoría de los casos siguen presentándose en personas no vacunadas, los reguladores apuntaron hacia la evidencia procedente de Israel y a estudios en Estados Unidos que revelan que la protección contra los casos entre personas vacunadas mejoraba notablemente con una tercera dosis de la vacuna de Pfizer.
Pero la intensa campaña de Estados Unidos para aplicar las dosis de refuerzo, antes de que muchas naciones pobres sean capaces de administrar siquiera un mínimo de protección a sus poblaciones más vulnerables, ha desatado la indignación de la Organización Mundial de la Salud y de algunos grupos de ayuda humanitaria, que han solicitado al país poner en pausa su campaña de una tercera dosis para liberar suministros que puedan usarse en las labores globales de vacunación.