SURFSIDE BEACH, Texas.- La tormenta tropical Nicholas se degradó a depresión tropical el martes por la noche luego de avanzar lentamente sobre el sureste de Texas y el suroeste de Luisiana, pero seguía arrojando lluvias torrenciales en la zona.
Nicholas tocó tierra firme el martes temprano con fuerza de huracán de categoría 1, dejando sin electricidad a medio millón de viviendas y negocios, y arrojando más de 30 centímetros (1 pie) de lluvia a lo largo de la misma zona que se vio afectada por el paso del huracán Harvey en 2017.
Nicholas podría estancarse sobre Luisiana y provocar inundaciones peligrosas en el extremo sur del estado en los próximos días, de acuerdo con los meteorólogos.
A las 10:00 pm (hora del Centro) se ubicaba a 95 kilómetros (60 millas) al este-noreste de Houston, con vientos máximos sostenidos de 55 kilómetros por hora (35 millas por hora), de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC por sus siglas en inglés). Sin embargo, el radar meteorológico mostraba que la lluvia más intensa se produjo sobre el suroeste de Luisiana, muy al este del ojo de la tormenta.
Nicholas se movía hacia el este-noreste a 9 km/h (6 mph). El NHC dijo que la tormenta podría seguir desacelerando e incluso podría quedarse estacionaria, y aunque sus vientos disminuirán gradualmente, continuarán las fuertes lluvias y un riesgo significativo de inundaciones repentinas a lo largo de la costa del Golfo de México durante los próximos dos días.
Galveston, Texas, registró cerca de 35 centímetros (14 pulgadas) de lluvia por el paso de Nicholas, mientras que Houston reportó más de 15 centímetros (6 pulgadas). Esa es una fracción de lo que cayó durante Harvey, que arrojó más de 152 centímetros (60 pulgadas) de lluvia en el sureste de Texas en un lapso de cuatro días. Nicholas se desplaza tan lentamente que arrojará varios centímetros de lluvia mientras avanza sobre Texas y el sur de Luisiana, dijeron los meteorólogos.
Esta región incluye zonas que ya fueron azotadas por el huracán Ida hace unos días y que quedaron devastadas por el paso del huracán Laura el año pasado. Algunas partes de Luisiana están saturadas y no hay ningún lugar al que pueda ir el agua extra, por lo que se inundará, dijo el investigador de huracanes de la Universidad de Miami, Brian McNoldy.