CABO SAN LUCAS.- El huracán Olaf azotó la víspera los complejos turísticos de Los Cabos, en el extremo de la península mexicana de Baja California, y el viernes sus bandas nubosas empapaban la región con lluvias torrenciales mientras los trabajadores de emergencias evacuaban a la gente de las zonas propensas a las inundaciones.
El ojo del meteoro tocó tierra cerca de San José del Cabo el jueves por la noche como huracán de categoría 2, con vientos de 155 km/h (100 mph), según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Las autoridades trabajaban el viernes para desalojar a los residentes de zonas bajas e instalarlos en albergues, mientras unos 20 mil turistas extranjeros se resguardaban en sus hoteles.
La madrugada del viernes, el subsecretario de Defensa Civil de Baja California Sur, Carlos Alfredo Godínez, dijo que no había recibido informes de pérdidas de vidas.
Al menos 700 personas se encontraban en refugios designados. Algunos hoteles sufrieron daños menores.
Cuando la tormenta llegó a la costa, algunos automovilistas quedaron varados dentro de sus autos debido a la marea alta, pero el Departamento de Bomberos de Cabo San Lucas informó sólo de líneas eléctricas y árboles caídos.
Las autoridades cerraron puertos y escuelas en la zona, suspendieron la vacunación contra el Covid-19 y pidieron a muchos de los trabajadores no esenciales que se quedaran en casa. Los negocios tapiaron ventanas con tablas y las personas hicieron filas para realizar compras de última hora en los supermercados antes de la tormenta.
Algunas carreteras ya habían sido cortadas por las inundaciones antes de la llegada de la tormenta, según los medios de comunicación locales.
El viernes por la mañana, el vórtice del huracán se ubicaba unos 55 kilómetros (35 millas) al oeste-suroeste de La Paz, la capital del estado, donde el nuevo gobernador debía tomar posesión durante el día. Más de 500 mil personas viven en la región de La Paz-Los Cabos.
Los vientos máximos sostenidos bajaron a aproximadamente 130 km/h (80 mph) y se esperaba que se debilitaran aún más mientras el ojo del huracán se desplazaba a lo largo de la costa de la península durante el día.
Se esperaba que luego se adentre hacia el Pacífico. Los vientos con fuerza de huracán se extendieron hasta 35 kilómetros (25 millas) desde el centro del meteoro y los vientos con fuerza de tormenta tropical se extendían en un radio de hasta 130 kilómetros (80 millas).