EL PASO, Texas.- La vicepresidenta Kamala Harris aprovechó el viernes su primer viaje a la frontera de México y Estados Unidos desde que asumió el cargo para pedir el fin de la “retórica” política y la “lucha interna” por la inmigración, un tema que los republicanos han estado ansiosos de usar en su contra.
La inmigración “no puede reducirse a un problema político”, dijo Harris a la prensa. “Estamos hablando de niños, estamos hablando de familias, estamos hablando de sufrimiento. Y nuestra estrategia tiene que ser razonada y eficaz”.
Harris hizo el viaje tras meses de críticas de los republicanos y de algunos miembros de su propio partido por su ausencia y la del presidente Joe Biden en la frontera en un momento en que los agentes de inmigración han registrado números récord de encuentros con migrantes que intentan cruzar a Estados Unidos.
Es poco probable que su visita de medio día — en la que acudió a un centro de procesamiento de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) y se reunió allí con niñas migrantes, fue a un centro de ingreso en la frontera y participó en una mesa redonda con proveedores locales de servicios — sofoque las iniciativas del Partido Republicano para usar la inmigración como un garrote político contra el gobierno.
Harris defendió el momento de su visita y el haber elegido El Paso, Texas. Algunos críticos consideran que esa ciudad está demasiado lejos del epicentro de cruces fronterizos que están ejerciendo presión sobre los recursos federales. Luego de aterrizar en El Paso, dijo a la prensa que había dicho en marzo que iría a la frontera y que “no era un plan nuevo”.
Y agregó que el hecho de que haya elegido El Paso pretende enfatizar un cambio hacia una estrategia más humana en la política del gobierno de Biden con respecto a la inmigración luego de la postura de mano dura del expresidente Donald Trump.
Fue aquí, en El Paso, donde fue develada la política del gobierno anterior de separar a niños de sus familias”, manifestó. También mencionó la política “Quédate en México” de Trump, que obligaba a las personas que deseaban obtener asilo a esperar en el lado mexicano de la frontera mientras sus casos pasaban a las cortes de inmigración.
Hemos visto el desastre que resultó de eso aquí en El Paso”, comentó.
Harris visitó la región acompañada por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; la representante demócrata Verónica Escobar y el senador demócrata Dick Durbin, una prominente voz del partido en el tema de la reforma migratoria. Mayorkas y Escobar dijeron que invitaron a Harris específicamente al área, y Mayorkas rápidamente enfatizó que la seguridad fronteriza forma parte de su agenda, no de la agenda de la vicepresidenta.
Sin embargo, los republicanos criticaron a Harris por un viaje que consideraron no fue más que una sesión para sacarse la foto. El senador republicano Ted Cruz, uno de los mayores críticos del gobierno en temas de inmigración, aseveró que las políticas de Biden “abrieron las compuertas a los traficantes de personas y a los cárteles de drogas”.
Aunque Cruz dijo estar contento de que Harris hubiera efectuado la visita, también señaló que “si la vicepresidenta vino a Texas sin un plan concreto para proteger nuestra frontera y no está dispuesta a revertir las políticas fallidas de su gobierno sobre la inmigración que causaron la crisis, entonces su visita no es más que una oportunidad pretenciosa para tomarse la foto”.
En una entrevista el viernes con el medio conservador Newsmax, Cruz dijo: “creo que debería ir a la parte real de la frontera, no a una parte de la frontera que rara vez es infringida”.