WASHINGTON.- La Corte Suprema de Estados Unidos, aunque cada vez más conservadora en su conformación, rechazó el jueves el intento más reciente encabezado por los republicanos de acabar con la ley de salud pública conocida popularmente como “Obamacare”, preservando con ello el seguro médico para millones de estadounidenses.
Mediante una votación de 7-2, los jueces dejaron totalmente intacta la ley al fallar que Texas, otros estados liderados por los republicanos y dos particulares no tenían derecho a presentar su demanda ante un tribunal federal. El gobierno del presidente Joe Biden señala que 31 millones de personas cuentan con seguro de gastos médicos debido a la ley, que también sobrevivió a dos impugnaciones previas en la Corte Suprema.
Las principales disposiciones de la ley incluyen protecciones para personas con enfermedades preexistentes, una gama de servicios preventivos sin costo, la expansión del programa Medicaid —que asegura a las personas de bajos ingresos— y acceso a mercados de seguros que ofrecen pólizas subsidiadas.
La Ley de Cuidado de Salud Asequible sigue siendo ley”, manifestó el presidente Joe Biden al celebrar el fallo. Biden hizo un llamado para expandir la ley, que fue promulgada en 2010, cuando él era el vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama.
Los jueces también dejaron vigente el requisito hoy inoperante de la ley de que las personas tengan seguro de gastos médicos o paguen una multa. El Congreso hizo que esa disposición fuera irrelevante en 2017, cuando redujo la multa a cero.
La eliminación de la multa se había convertido en el pretexto para que Texas y otros estados liderados por republicanos, así como el pasado gobierno de Donald Trump, atacaran la ley en su totalidad. Argumentaron que, sin dicha obligación —un pilar de la ley cuando se aprobó en 2010_, el resto de la ley también debería eliminarse.
Con una Corte Suprema que incluye a tres personas designadas por Trump, los opositores de la ley Obamacare esperaban que la mayoría de los jueces finalmente derogaran la ley contra la que han estado luchando durante más de una década.
Sin embargo, la tercera impugnación a la ley en la Corte Suprema terminó de la misma forma como ocurrió con las otras dos: Con la mayoría del máximo tribunal norteamericano rechazando los intentos de deshacer la ley o eliminarla por completo.
Los jueces nominados por Trump: Amy Coney Barrett, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, dividieron sus votos. Kavanaugh y Barrett se sumaron a la mayoría. Gorsuch estaba en desacuerdo, y firmó la opinión en disenso del juez Samuel Alito.
El juez Stephen Breyer escribió a nombre del tribunal que los estados y las personas que presentaron la demanda federal “no demostraron tener legitimación procesal para afirmar que es inconstitucional la disposición de la ley de una cobertura esencial mínima”.
En desacuerdo, Alito escribió que “la decisión de hoy es el tercer capítulo de nuestra épica trilogía de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, y sigue la misma ruta que los capítulos uno y dos. En los tres episodios, en los que la Ley de Cuidado de Salud Asequible ha enfrentado una amenaza seria, la Corte ha salido al rescate”. Alito también se opuso a la ley en los dos casos anteriores en 2012 y 2015.
Al igual que Alito, el juez Clarence Thomas estuvo en desacuerdo en los dos casos previos, pero el jueves se sumó a la mayoría al escribir que “si bien esta Corte ha errado en un par de ocasiones antes en casos que involucran a la Ley de Cuidado de Salud Asequible, no erró hoy”.
Debido a que desestimó el caso por la falta de legitimación de la parte demandante —la capacidad de demandar—, el tribunal en realidad no se pronunció sobre si el mandato individual es inconstitucional, ahora que no hay sanción por no tener seguro. Tribunales inferiores habían anulado el mandato, mediante fallos que ahora fueron borrados por el fallo de la Corte Suprema.