CIUDAD DE MÉXICO.- Con un albazo de por medio, Morena apuró la aprobación en lo general de la polémica reforma eléctrica, con 68 votos en favor y 58 en contra de la oposición y uno del morenista Germán Martínez.
El rechazo a la reforma, de hecho, resucitó al bloque opositor conformado por el PAN, PRI, MC y PRD, que, junto con el Verde Ecologista, fue mayoriteado sin reparo alguno, en un ejercicio fast track cuestionado por su desaseo.
La víspera, cuando apabulló a la oposición en comisiones, la bancada mayoritaria se había rehusado a aceptar el ejercicio del Parlamento Abierto. La minuta aprobada en la Cámara de Diputados había llegado apenas el jueves al Senado.
Las bancadas opositoras anunciaron que impugnarán ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación la reforma impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El senador Ricardo Monreal, jefe de la bancada mayoritaria, alegó ante sus correligionarios que era indispensable apurar las cosas para tratar de contener el elevado «costo político» que la reforma estaba acarreando, según contaron dos fuentes parlamentarias consultadas.
Por eso, por la mañana, el zacatecano había pedido a su grupo que nadie se «desconectara» de la sesión a distancia, vista la posibilidad que había de que la reforma prosperara hoy mismo.
La aprobación de la reforma no admite titubeos. Apoyemos la iniciativa preferente de nuestro presidente de la República; es la única que planteó en este periodo y no podemos tener una indefinición», sostuvo.
Sorpresivamente, en la sesión ordinaria, la Mesa Directiva dio primera lectura a la reforma y el presidente, Eduardo Ramírez Aguilar, citó a una segunda sesión. La ruta estaba trazada. López Obrador, entre tanto, se solazaba practicando beisbol.
Morena se envolvió en la bandera del nacionalismo y aceptó sin reparos que acataba órdenes de Palacio Nacional.
No nos afecta que nos digan que obedecemos a un patrón», afirmó la senadora Cecilia Sánchez.
Sin soberanía energética no somos libres. ¡Qué viva Andrés Manuel López Obrador! ¡Qué viva México! ¡Qué viva México! ¡Qué viva México!», coreó la tlaxcalteca Ana Lilia Rivera.
El senador Monreal reivindicó el carácter constitucional de la iniciativa y aseguró que cuando era diputado advirtió que si llegaba a ser mayoría, revertiría la reforma eléctrica que prosperó con Peña Nieto.
A los que éramos oposición nos trituraron, nos pisotearon, nos ignoraron. Ahora no», repuso.
Tras bautizar a la reforma presidencial como la «Ley Combustóleo», la oposición advirtió que la energía será más cara y previno por el daño ambiental que acarreará.
Si aprueban la reforma estarán condenando a miles de personas a fallecer antes de tiempo», planteó la panista Xóchitl Gálvez.
La priista Claudia Ruiz Massieu afirmó que la votación representaba una «jornada negra para el Senado. Este proyecto, como la forma en que se procesó, fue desaseado. El proyecto es pésimo en todos los sentidos. Hoy hicieron historia: una triste y negra historia».
«Si lo que pretenden es que haya litigios, lo están haciendo muy bien. Estamos convencidos de la inconstitucionalidad de esta reforma. Para ustedes lo único importante es escuchar a su patrón que ahorita está jugando beisbol», acusó la panista Alejandra Reynoso.
Su correligionario Julen Rementería del Puerto afirmó que la energía será más cara para todos los mexicanos.
El independiente Emilio Álvarez Icaza exigió al presidente López Obrador que se pusiera a la altura de los tiempos, como lo hicieron Cárdenas y López Mateos.
El perredista Miguel Ángel Mancera advirtió que el dictamen tendrá repercusiones negativas en áreas de desarrollo y transgrede el T-MEC.
Por Movimiento Ciudadano, Dante Delgado fustigó el hecho de que Morena no hubiese modificado «ni una sola coma». La priista Beatriz Paredes Rangel no tuvo empacho en reconocer que la discusión fast track le recordaba «los momentos cuando regía un partido hegemónico».