BARCELONA.- Un apagón sin precedentes paralizó el lunes a buena parte de España y Portugal, dejando a miles de pasajeros varados a bordo de trenes y a millones de personas sin cobertura telefónica e internet ni acceso a efectivo en cajeros automáticos en toda la península ibérica.
Las autoridades trabajaban en la madrugada del martes para restablecer el servicio. A las 4:00 de la mañana, en España se había recuperado el 87,37% de la demanda nacional. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez había prometió que los 48 millones de habitantes del país volverían a tener luz para el final del martes.
El colapso repentino de la red eléctrica dejó a las autoridades en busca de una causa, una incógnita que no se despejó con el paso de las horas. Sánchez se dirigió a la nación y dijo que casi 11 horas después de que el país se paralizó, los expertos del gobierno aún trataban de determinar lo que había sucedido.
Nunca había ocurrido una caída a cero del sistema”, dijo Sánchez, antes de detallar que a las 12:33 p.m. del lunes, la red eléctrica de España perdió 15 gigavatios —el equivalente al 60% de su demanda nacional— en cuestión de cinco segundos.
Eduardo Prieto, director de operaciones de Red Eléctrica, calificó el evento como excepcional y extraordinario.
Se trata del segundo apagón generalizado en Europa en menos de seis semanas, después de que un incendio obligó al cierre del aeropuerto de Heathrow en Reino Unido el pasado 20 de marzo. El corte energético se produce mientras las autoridades de toda Europa se preparan contra un sabotaje respaldado por Rusia.
El Centro Nacional de Ciberseguridad de Portugal emitió un comunicado en el que señaló que no había indicios de que el apagón estuviera relacionado con algún ciberataque. Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea encargada de promover la energía limpia, declaró lo mismo a periodistas en Bruselas y describió el corte del suministro como “uno de los episodios más graves que se hayan registrado en Europa en los últimos tiempos”.
Se están analizando todas las causas potenciales sin descartar ninguna hipótesis”, dijo Sánchez.
El apagón comenzó después del mediodía. Las oficinas cerraron y el tráfico se congestionó en Madrid y Lisboa, mientras que en Barcelona algunos civiles se vieron obligados a dirigir el tráfico. Los servicios de trenes en ambos países se detuvieron.
Los servicios de emergencia y los trabajadores ferroviarios en España tuvieron que ayudar a evacuar a unos 35.000 pasajeros de más de 100 trenes que se detuvieron en las vías al momento del apagón. Para las 11 de la noche, aún había 11 trenes que necesitaban ser evacuados.
Los sistemas de metro dejaron de operar
En Barcelona, las personas hacían largas filas para poder abordar los autobuses que circulaban completamente llenos de personas que no tenían otro medio para volver a casa.
Hospitales y servicios de emergencia dependían de generadores. Las gasolineras también dejaron de funcionar. No era posible hacer llamadas en la mayoría de las redes de telefonía móvil, aunque algunas aplicaciones funcionaban de manera intermitente. Personas salieron a las tiendas para comprar radios de baterías.