WASHINGTON.- Quizá sean muy pocos quienes consideren importante que las mariposas están desapareciendo en Estados Unidos a un “ritmo catastrófico”… pero deberían ser más. Junto con las abejas, estos insectos son responsables de la mayor parte de la polinización de las plantas y sin ellas, una gran parte del mundo vegetal está en riesgo y también nuestros alimentos.
Sí, el estudio se refiere a Estados Unidos, pero hay que tomar en cuenta que los insectos no tienen fronteras. Ellos habitan por zonas y su espacio es cada vez más reducido por igual en toda Norteamérica.
Un estudio hecho en Estados Unidos dio como resultado que, en apenas 25 años, 22 por ciento de las mariposas han desaparecido debido al cambio climático y a la pérdida de hábitat.
El primer análisis sistemático a nivel Estados Unidos sobre la abundancia de mariposas reveló que el número de ejemplares en los 48 estados continentales se ha reducido en promedio 1.3% anual desde el cambio de siglo, con 114 especies mostrando descensos significativos y solo nueve en aumento, según un estudio publicado en la revista Science el jueves.
Las mariposas han estado disminuyendo en los últimos 20 años”, afirmó Nick Haddad, coautor del estudio y entomólogo de la Universidad Estatal de Michigan. “Y no vemos ninguna señal de que eso vaya a terminar”.
Un equipo de científicos combinó 76 mil 957 encuestas de 35 programas de seguimiento para realizar una comparación equitativa, y acabó contando 12.6 millones de mariposas a lo largo de las décadas. El mes pasado, un estudio anual centrado únicamente en las mariposas monarca —que los funcionarios federales planean incluir en la lista de especies amenazadas— contabilizó una cifra casi histórica de menos de 10 mil, frente a los 1.2 millones de ejemplares de 1997.
Muchas de las especies en declive cayeron 40% o más.
Estados Unidos tiene 650 especies de mariposas, pero 96 de ellas eran tan escasas que no aparecían en los datos y de otras 212 no se encontraron ejemplares suficientes para calcular tendencias, dijo Collin Edwards, autor principal del estudio, ecólogo y científico de datos del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Washington.
Algunas especies conocidas sufrieron importantes caídas. La población de almirante roja, que es tan tranquila que se posa sobre la gente, ha disminuido 44% y la de dama americana, con dos grandes manchas oculares en sus alas traseras, se redujo 58%, apuntó Edwards.
Incluso la mariposa blanca de la col, que según Haddad es “una especie que está bien adaptada para invadir el mundo”, cayó 50%.
Anurag Agrawal, experto en mariposas de la Universidad de Cornell, dijo que lo que más le preocupa es el futuro de otra especie: los humanos.
La pérdida de mariposas, loros y marsopas es sin duda una mala señal para nosotros, para los ecosistemas que necesitamos y para la naturaleza que disfrutamos”, apuntó Agrawal, quien no formó parte del estudio, en un correo electrónico. “Nos están diciendo que la salud de nuestro continente no está tan bien (…) Las mariposas son embajadoras de la belleza de la naturaleza, de su fragilidad y de la interdependencia de las especies. Tienen algo que enseñarnos”.
Lo que está sucediendo con las mariposas en Estados Unidos probablemente pase también con otros insectos menos estudiados en todo el continente y el mundo, afirmó David Wagner, un entomólogo de la Universidad de Connecticut que tampoco participó en el estudio.
Parece no ser importante que hoy en día, después de un viaje en carretera sean muy pocos los insectos que aparecen muertos en el frente de su auto, pero lo es. Menos insectos significan menos plantas y menos plantas significa menos comida.