MIAMI.- Una hija de exiliados cubanos que ha tenido una fulgurante carrera como abogada y jueza figura entre las candidatas de Donald Trump a reemplazar a Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema.
El presidente dijo el lunes que no conoce personalmente a Bárbara Lagoa, pero la describió como una candidata “fantástica”. Por ser de la Florida y de ascendencia cubana, su selección podría beneficiar a Trump en ese estado vital para sus posibilidades de reelección en los comicios del 3 de noviembre. Lagoa pasó su infancia en un suburbio mayormente hispano de Miami.
Es excelente. Es hispana. Es una mujer fantástica hasta donde yo sé. No la conozco. Florida. Me encanta Florida. Tiene muchas cosas buenas. Muy inteligente”, declaró Trump en una entrevista telefónica con “Fox and Friends”.
Cuando se le preguntó si la política podría incidir en su decisión, Trump respondió: “Trato de no decir eso. Creo que probablemente es así, automáticamente. Incluso si no es tu intención, pasa a ser algo automático”.
Tiene mucho apoyo”, expresó Trump al hablar con periodistas en la Casa Blanca el lunes. “No la conozco pero escucho que es sobresaliente”.
Tras la muerte de Ginsburg, una figura liberal legendaria de 87 años, Trump dijo que nombraría a una mujer en su reemplazo, probablemente el sábado. El presidente afirmó que tiene cinco candidatas principales.
Lagoa tiene 52 años y sería la persona más joven en la historia de la Corte Suprema de ser postulada y confirmada.
Hija única, Lagoa alguna vez dijo tras su graduación de la Universidad Internacional de la Florida que alejarse de su familia para estudiar derecho en la Universidad de Columbia de Nueva York “no fue una decisión popular en mi casa”.
Al ser seleccionada para la Corte Suprema de la Florida, Lagoa dijo que su padre hizo a un lado su sueño de ser abogado y que él y su madre trabajaron largas horas mientras ella andaba en bicicleta y patinaba por las calles del barrio de Hialeah, donde la cuidaba su abuela.
Mis padres se sacrificaron para enviarme a una escuela católica, donde me inculcaron una perdurable fe en Dios que me mantuvo con los pies sobre la tierra y me sacó adelante en los buenos y los malos tiempos”, manifestó.
Lagoa es hoy jueza de la Corte de Apelaciones del 11mo Circuito con sede en Atlanta. Trump la nombró en ese puesto en el 2019 y el Senado la confirmó con 80 votos a favor y solo 15 en contra.
Previamente había sido jueza de la Corte Suprema de la Florida por menos de un año y había servido más de una década en un tribunal de apelaciones en el que escribió unas 360 opiniones. Fue la primera hispana en la Corte Suprema del estado.
Trabajó también en el sector privado, incluso para miembros de su familia de la Florida en la saga del año 2000 sobre la custodia del niño balsero cubano Elián González, que sigue siendo un tema candente en Miami incluso hoy. Lagoa fue además jueza federal en Miami por un tiempo.
Una nominación de Lagoa podría movilizar a los votantes de Hialeah, frecuente destino de las campañas que tratan de convencer a los indecisos.
El fin de semana pasado, partidarios tanto de Trump como de su rival Joe Biden cortejaron a los votantes de este barrio de clase obrera donde análisis de la votación indican que Trump no fue tan dominante entre los cubanos en el 2016.
Es emocionante tener alguien de una primera generación de cubano-estadounidenses de Hialeah”, dijo Annette Collazo, otra hija de exiliados que se postula como demócrata para representante estatal por un distrito que incluye a Hialeah.
Se especula que Lagoa y Amy Coney Barrett son las favoritas para llevarse la nominación.
Coney Barrett asoma como la preferida de varios senadores, más que nada porque es mucho más conocida. Ya pasó por un proceso de confirmación en el Senado y es muy querida por la base conservadora. Lagoa, no obstante, sigue siendo considerada y quienes la conocen dicen que Trump quedaría encantado con ella si se encuentran personalmente.
En el poco tiempo que lleva en el 11mo Circuito, participó en un controvertido fallo, junto con otros cuatro jueces designados por Trump, en que por votación de 6-4 se decidió que los reos de la Florida tenían no solo que cumplir sus condenas sino también pagar multas, cargos y resarcimientos.