WASHINGTON, D.C.- En un ejercicio extraordinario de autoridad federal, el presidente Donald Trump amenazó el lunes a los gobernadores con emplazar a las fuerzas armadas en los estados si no aplacan las protestas violentas contra la brutalidad policial que han sacudido a Estados Unidos desde la semana pasada.
Mientras él hacía su anuncio, agentes bajo mando federal usaron gases lacrimógenos para obligar a manifestantes pacíficos a dispersarse de forma que él pudiera caminar hasta una iglesia cercana y posar con una Biblia.
El mandatario exigió el fin de las acaloradas protestas en declaraciones desde la Casa Blanca y prometió que usará más fuerza para lograrlo.
Si los gobernadores en todo el país no emplazan a la Guardia Nacional en número suficiente para “controlar las calles”, el mandatario advirtió que entonces las fuerzas armadas federales intervendrán para “solucionar rápidamente el problema”.
Tenemos el país más grandioso del mundo”, afirmó. “Vamos a mantenerlo a salvo”.
Minutos antes de que Trump comenzara a hablar, policías y soldados de la Guardia Nacional comenzaron a dispersar agresivamente a cientos de manifestantes pacíficos que se habían reunido en el parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, donde coreaban consignas contra la brutalidad policial y la muerte de George Floyd en Minneapolis. Mientras el mandatario hablaba, era posible escuchar explosiones de granadas de gas lacrimógeno.
Floyd murió la semana pasada después de ser detenido por la policía. Su muerte desató protestas en Minneapolis que se extendieron por todo Estados Unidos.
Los manifestantes fueron obligados a salir del parque Lafayette para que, después de su breve discurso, Trump pudiera caminar a través del parque hasta la iglesia episcopal de San Juan, conocida como “La iglesia de los presidentes”, la cual resultó dañada por un incendio en una de las protestas. Al llegar allí sostuvo una biblia en sus manos y posó con varios miembros de su gabinete ante los fotógrafos.
Rápidamente los críticos de Trump censuraron esa acción. El gobernador de Nueva York Andrew Cuomo dijo que el presidente “usó a las fuerzas armadas para expulsar una protesta oacífica de forma que pudiera sacarse fotos en una iglesia”.
El país se ha visto agobiado por airadas manifestaciones desde la semana pasada, la movilización con carga racial más extensa en Estados Unidos desde la década de 1960.
Aunque desatadas en gran medida por la muerte de Floyd, las manifestaciones se han llevado a cabo para censurar los homicidios de personas de raza negra a manos de la policía. El policía de Minneapolis Derek Chauvin ha sido acusado de homicidio, pero los inconformes consideran que ello es insuficiente y exigen que tres de sus colegas también enfrenten cargos. Los cuatro fueron despedidos.
La mayoría de las manifestaciones han sido pacíficas, pero algunas se han tornado violentas, dejando vecindarios destrozados, tiendas saqueadas, ventanas rotas y automóviles quemados, a pesar de toques de queda en todo el país y el emplazamiento de miles de efectivos de la Guardia Nacional en cuando menos 15 estados.