RÍO DE JANEIRO.- Desde los asientos traseros de un auto, Joao Felipe Blank y Erica da Conceiçao Blank se dieron su primer beso como marido y mujer sin que sus labios se tocasen, cada uno protegido por una mascarilla. Las alianzas ya estaban en sus dedos anulares. Acababa una ceremonia que nunca habían imaginado, concretando un sueño que la pandemia del coronavirus parecía haber frustrado: contraer matrimonio.
Desde que el Covid-19 comenzó a golpear a Brasil, muchas parejas se han dado el sí de una manera poco convencional. Un registro civil en Santa Cruz, Río de Janeiro, ha habilitado un sistema de drive-thru para celebrar matrimonios respetando el distanciamiento social. Solo el jueves, 15 parejas emplearon este sistema.
Estamos muy felices porque porque no pensamos que la fecha de casamiento se pudiera dar tan pronto. Hace una semana supimos que nos casaríamos y fue muy bueno”, dijo Conceiçao Blank, de 24 años y que trabaja en una tienda veterinaria.
Río de Janeiro es el segundo estado más afectado por el virus con más de 40 mil contagios, según la Secretaría de Salud estatal. Especialistas señalan que esta cifra estaría muy por debajo el número real de casos.
Mientras muchos brasileños aplazan sus enlaces por la imposibilidad de celebrarlos sin aglomeraciones, el cartorio de la zona oeste de Río ofrece una alternativa segura. La ceremonia dura cerca de cinco minutos entre la lectura de compromisos, el intercambio de alianzas y el beso.
Varias son las razones que llevan a las parejas a casarse así. En la mayoría de los casos, tenían agendada una fecha que se frustró por la pandemia y prefieren concretar el trámite ante la incertidumbre de no saber cuándo podrán hacerlo en condiciones normales. Otros prefieren evitar postergarlo para tener acceso al seguro médico de su cónyuge, explicó Alessandra Lapoente, oficial responsable del registro civil.
Vimos la necesidad de crear una forma de realizar una celebración segura, que fuese más rápida y que estuviera dentro del reglamento”, dijo. “Hacemos una ceremonia breve, pero con todos los requerimientos, y todo el mundo se marcha contento”.
Al final del sencillo acto, los Blank se marchan felices en su auto convertidos en marido y esposa. Otros tres vehículos forman una fila, cada uno con una pareja que espera su turno para pronunciar el “Sí, quiero”.