CIUDAD DE MÉXICO.- En su histórica carrera con cerca de 200 créditos, el actor Ernesto Gómez Cruz protagonizó películas de la talla de Los Caifanes (1967) y El Imperio de la Fortuna (1986), pero el actor falleció a los 90 años con ganas de filmar todavía más.
Figura del cine mexicano que participó también en filmes clave, como El Infierno (2010) y El Callejón de los Milagros (1995), Gómez Cruz falleció el sábado, y estaba casi retirado por distintos problemas, incluida la pérdida de memoria.
Ya su salud no se lo permitía (actuar), su Alzheimer estaba muy avanzado y ya no caminaba. A partir de su deterioro cognitivo, dejaba de comer, dejaba de tomar agua, ya no quería nada, le dolía mucho su cuerpo y fue decayendo.
Su trabajo era la memoria y la memoria le falló. Últimamente, su salud cayó mucho, sufrió muchos dolores, pero ya está descansando», detalló su hija Virginia Gómez Barrientos, afuera de la funeraria donde el actor fue velado el domingo.
Su debut actoral fue en 1967 en la película Los Caifanes, dirigida por Juan Ibáñez, cuyo papel, «El Azteca», fue memorable.
Gracias a él ganó una Diosa de Plata y fue solicitado por los grandes cineastas de la época, incluidos Jorge Fons, Arturo Ripstein y Felipe Cazals.
Se mantuvo tan vigente que entre sus roles icónicos también se encuentran proyectos de este siglo, como El Crimen del Padre Amaro (2002), de Carlos Carrera), y El Infierno, de Luis Estrada.
Los amigos que lo despidieron el domingo afirmaron que Gómez Cruz logró todo lo que anheló cuando dejó su estado originario, Veracruz, para formarse en el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Era alegre, veracruzano, finalmente. Me platicaba que desde joven se subía a los camiones a tocar la guitarra y lo bajaban. Siempre estuvo con el sueño de ser artista y se vino a realizarlo. Creó una escuela, es un icono dentro de la actuación. Con él se va un legado maravilloso», remarcó el actor Roberto Sosa.
Evangelina Martínez, madre de Sosa, dijo que al coincidir con el finado actor conoció su sencillez, pues, por ejemplo, durante la grabación de la telenovela El Padre Gallo (1986-1987) vio que acostumbraba moverse en transporte público.
Pese a que Gómez Cruz obtuvo siete premios Ariel y recibió el Ariel de Oro en 2014, sus últimos proyectos fueron televisivos, en los melodramas Mi Adorable Maldición (2017), En Tierras Salvajes (2017) y Por Amar Sin Ley (2018).
Años de amistad que lo unieron a sus colegas Salvador Sánchez, Jaime Lozano y Fernando Manzano no impidieron que por la enfermedad llegara a desconocerlos en la última etapa de su vida, pero aún así coincidieron en que merecía más trabajo.
Llega una edad donde no hay muchos papeles para uno, pero sí creo que debió hacer algo más últimamente por la gran calidad de actor que era», expresó Sánchez.