CIUDAD DE MÉXICO.- Febrero está por terminar y las personas están tan acostumbrados a que este mes tenga sólo 28 días, que no están totalmente conscientes que este año serán 29… ¿Pero porqué?
Bueno, esto ocurre solamente cada cuatro años, por lo que sin duda es un evento único.
En el calendario gregoriano, febrero es el único mes que experimenta variaciones en su duración. Esto se debe a una compleja interacción entre el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del Sol y la necesidad de ajustar nuestro calendario para mantenerlo en sintonía con las estaciones.
Cada cuatro años, febrero obtiene un día adicional, convirtiéndose en un año bisiesto. Este ajuste se realiza para compensar la diferencia entre el año calendario y el año astronómico.
El año astronómico, que es el tiempo que tarda la Tierra en completar una órbita alrededor del Sol, no es exactamente de 365 días, sino aproximadamente 365.2422 días.
Para mantener el calendario en armonía con las estaciones, se introdujo el concepto de año bisiesto. En un año bisiesto, febrero tiene 29 días en lugar de 28, lo que agrega un día al calendario.
Esto se hace para asegurar que el equinoccio de primavera, que marca el inicio de la primavera, ocurra alrededor del 20 de marzo.
El término «bisiesto» proviene del latín «bis sextus dies», que significa «doble sexto día». Esto se refiere al hecho de que en un año bisiesto, se añade un día adicional después del sexto día antes de las calendas de marzo, es decir, después del 24 de febrero en el calendario juliano.
El año bisiesto es crucial para mantener la precisión del calendario. Sin este ajuste, las estaciones se desfasarían gradualmente, afectando los eventos basados en fechas específicas, como las festividades religiosas y las estaciones agrícolas.