NUEVA YORK.- Zealandia una inexplorada tierra que se perfilaba como el octavo continente, quedó sumergido en 94 por cuento bajo las aguas del océano, hace 23 millones de años, luego de separarse del supercontinente Gondwana, un evento ocurrido hace 60 millones de años.
Así se formó lo que actualmente se conoce como Nueva Zelanda, Nueva Caledonia y sus islas circundantes, la plataforma continental de los que fue Zealandia y que emerge sobre la superficie del océano, sin embargo, el resto del continente permaneció inexplorado bajo el océano.
Alrededor del 94 por ciento de los 4.9 millones de kilómetros del continente están sumergidos, sin embargo, un equipo de científicos empleó datos geoquímicos e isotópicos de muestras de rocas recién dragadas, así como lecturas sísmicas para crear un mapa refinado de esa región e investigar cómo se formó el continente.
Los especialistas tomaron muestras de rocas, algunas tan antiguas como los dinosaurios, de sondeos de exploración y de varios picos expuestos de Zealandia Meridional, como las islas Chatham y Antípodas
Al analizar un análisis de su composición química, se revelaron similitudes en los patrones con la geología de la Antártida Occidental, lo que sugiere una subducción del borde de Zealandia hace hasta un cuarto de billón de años.
Este fenómeno ocurre cuando dos bordes de la corteza terrestre se empujan mutuamente y uno de ellos se hunde en el manto terrestre, por lo que el equipo determinó que tanto Zealandia como la Antártida están sustancialmente deformadas internamente.
Los estudios revelaron que Zealandia fue hogar de una variada fauna y flora en el pasado, gracias a evidencias como esporas de polen de plantas terrestres y restos de criaturas marinas poco profundas, ahora ocultas bajo el océano.
Los geólogos explican que hace entre 100 y 80 millones de años, se produjo un significativo adelgazamiento de la corteza que culminó con el hundimiento del continente, probablemente debido a su estiramiento en varias direcciones.
La investigación sugiere que la deformación interna tanto de Zealandia como de la Antártida Occidental indica que el estiramiento llevó a la formación de grietas similares a las asociadas con la subducción de placas tectónicas, permitiendo que el agua oceánica se abriera paso para crear el mar de Tasmania.
Posteriormente, una nueva fractura en la Antártida continuó estirando la corteza de Zealandia hasta que se adelgazó lo suficiente como para fracturarse y quedar en gran parte sumergida. Estos hallazgos, publicados en Tectonics, crean una base sólida para un análisis más detallado de este extraño estiramiento de la Tierra.