CIUDAD DE MÉXICO.- Tras la multitudinaria marcha en la capital mexicana contra el proyecto de reforma electoral impulsado por el gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador desestimó el lunes la movilización y señaló a los participantes de favorecer a la corrupción, el racismo y el clasismo.
Puro demócrata”, dijo López Obrador en tono irónico mientras mostraba en su conferencia matutina las fotografías de algunos de los políticos opositores que acudieron a la marcha, que se desarrolló la víspera en el centro de la capital mexicana, y que se convirtió en la mayor protesta contra su gobierno luego de cuatro años de mandato.
El gobernante afirmó que los convocantes utilizaron la reforma electoral como una “excusa” para protestar y sostuvo que los asistentes a la movilización en el fondo salieron a manifestar “en contra de la transformación que se está llevando en el país”.
Lo hicieron a favor de los privilegios que ellos tenían antes del gobierno que represento. Lo hicieron a favor de la corrupción. Lo hicieron a favor del racismo, a favor del clasismo, de la discriminación”, agregó.
López Obrador aseguró que en la marcha participaron entre 50 mil y 60 mil personas, mientras que los convocantes sostienen que al evento acudieron más de 200 mil.
Con el fin de alentar un movimiento en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), más de medio centenar de organizaciones civiles y partidos opositores convocaron el domingo en la capital mexicana y otras ciudades a la llamada “Marcha por la democracia”.
El proyecto de reforma constitucional que será discutido en las próximas semanas en el Congreso de mayoría oficialista, contempla la desaparición de las dependencias electorales estatales, la reducción del financiamiento a los partidos y la elección de los integrantes del organismo electoral por sufragio ciudadano y no por la Cámara de Diputados, como es actualmente.
La iniciativa también plantea la desaparición de los legisladores plurinominales que son electos por representación proporcional mediante listas regionales, lo que implicaría la eliminación de 200 diputados y 32 senadores y reduciría la cámara baja a 300 miembros y el Senado a 96.
López Obrador asegura que su iniciativa busca transformar y depurar el sistema electoral mexicano, mientras que críticos y analistas sostienen que la propuesta podría asegurarle al oficialismo el control del organismo electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
El oficialismo no cuenta con los votos suficientes para aprobar la reforma constitucional y necesitaría del apoyo de la oposición para sacarla adelante. Hasta el momento no está clara cuál será la postura del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en septiembre se distanció de sus aliados opositores para apoyar una reforma sobre el uso de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública impulsada por el mandatario.