LOS ÁNGELES.- Jennifer Lopez y Ben Affleck se tomarán un tiempo separados después de vivir una intensa luna de miel.
De acuerdo a fuentes consultadas por el portal Hollywood Life, la pareja está de acuerdo en darse un inusual respiro para unos recién casados.
Una cosa que hace que su relación sea única es que ellos saben más que ninguna otra persona lo demandante que es su trabajo.
De hecho ellos creen que pasar un tiempo separados uno del otro los hace más fuertes y es perfecto porque cuando están lejos están haciendo una cantidad muy importante de dinero. Es una situación de ganar-ganar», señaló una de las fuentes.
Aflleck, de 49 años, y Lopez, de 53, se casaron a mediados de julio en la capilla Little White Wedding de la llamada «Ciudad del Pecado», en una ceremonia sencilla y sin grandes invitados.
Unos días después se les vio pasear en París, en su luna de miel.
El actor ya regresó a Los Ángeles, mientras que la estrella musical permanecerá en Europa. Cada uno afrontará compromisos laborales.
Aunque no estarán físicamente juntos, agregó la fuente de Hollywood Life, están bien y hablan mucho.
Siempre están hablando, texteando, haciendo videollamadas incluso cuando están trabajando separados. J.Lo ama el hecho de que sabe que su esposo va a estar ahí para ella sin importar nada», afirmó.
Otra fuente dijo a la publicación que la pareja ha tenido conversaciones muy abiertas sobre el balance de su trabajo y su relación.
Ellos entienden completamente que habrá momentos en los que no podrán estar juntos. Es algo que han discutido muchas veces, así que no es nada nuevo. Claro, separarse al poco tiempo de la boda no es lo ideal, pero ellos saben que tienen toda la vida por delante y se aman cada minuto del viaje», aseguró el informante.
Affleck fue visto ya en el set de filmación de la película Aquaman 2, mientras que la intérprete ha pasado tiempo con sus hijos. Las estrellas saben que el tiempo es su mejor aliado, pues esperaron 20 años para poder concretar su romance, después de haber roto su compromiso hace dos décadas, para luego reencontrarse con la ayuda del destino.