SAN ANTONIO.- Las familias de migrantes de México y Centroamérica buscaban desesperadamente noticias de sus seres queridos mientras las autoridades comenzaban el martes la tarea de identificar a 51 personas que murieron tras ser abandonadas en un tractocamión sin aire acondicionado bajo el sofocante calor de Texas.
Se trata de la tragedia con mayor número de víctimas fatales durante una operación de tráfico de migrantes desde México.
El conductor del camión y otras dos personas fueron arrestadas, dijo a The Associated Press el representante federal por Texas Henry Cuéllar.
Informó que el vehículo había pasado por un retén de la Patrulla Fronteriza al noreste de Laredo, Texas, en la carretera interestatal 35. No sabía si había migrantes dentro del camión cuando pasó por el retén.
Los investigadores rastrearon el registro del camión hasta una residencia en San Antonio y detuvieron a dos hombres originarios de México por posesión de armas, según las denuncias penales presentadas por la fiscalía federal. Las denuncias no hacen ninguna acusación específica relacionada con las muertes.
Los cadáveres fueron descubiertos el lunes por la tarde en las afueras de San Antonio cuando un empleado municipal escuchó un grito de auxilio desde el camión estacionado en una solitaria carretera secundaria y encontró la macabra escena en su interior, informó el jefe de policía William McManus. Horas más tarde se podían ver las bolsas con cadáveres sobre el suelo del lugar.
Más de una docena de personas, cuyos cuerpos estaban extremadamente calientes, fueron trasladadas a hospitales, incluyendo cuatro niños. La mayoría de las víctimas eran varones, indicó.
El número de muertos es el más alto jamás registrado en un incidente de tráfico de personas en Estados Unidos, según Craig Larrabee, agente especial en funciones de Investigaciones de Seguridad Nacional en San Antonio.
“Esto es un horror que supera todo lo que hemos vivido antes”, lamentó el alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg. “Y lamentablemente era una tragedia prevenible”.
El presidente Joe Biden calificó las muertes en Texas de “horripilantes y desgarradoras”.
“Explotar a individuos vulnerables por dinero es vergonzoso, al igual que lo son las politiquerías relacionadas con cualquier tragedia, y mi gobierno continuará haciendo todo lo posible para impedir que contrabandistas y traficantes se aprovechen de personas que tratan de ingresar a Estados Unidos entre los puertos de entrada”, dijo Biden en un comunicado.
Las autoridades desconocían los países de origen de todos los migrantes y desde cuándo se encontraban abandonados en el camino.
Para el martes por la tarde, los médicos forenses habían identificado potencialmente a 34 de las víctimas, pero estaban tomando otras medidas, como huellas dactilares, para confirmar sus identidades, dijo la comisionada del condado Bexar, Rebeca Clay-Flores.
Se cree que 27 de los muertos son de origen mexicano por los documentos que llevaban, según Rubén Minutti, cónsul general de México en San Antonio. Varios sobrevivientes se encontraban en estado crítico, con lesiones tales como daño cerebral y hemorragias internas, añadió.
Al menos otros siete eran guatemaltecos y dos hondureños, tuiteó Roberto Velasco Álvarez, jefe de la Unidad para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
Unas 30 personas se pusieron en contacto con el consulado de México en busca de sus seres queridos, dijeron los funcionarios.
Las autoridades confirmaron que uno de los mexicanos sobrevivientes es José Luis Guzmán Vázquez, de 32 años y originario de San Miguel Huautla, en el estado de Oaxaca, según Aida Ruiz García, directora del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante.
Guzmán sufrió deshidratación y recibe atención en un hospital de San Antonio, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. Un primo, Alejandro López, dijo que su familia trabajaba en la agricultura y construcción y migró por necesidad.